Tres, casi tres años.
Siempre has sido aquella persona dulce, leal, y de buena, tonta.
Me diste la impresión que yo esperaba. Y eso fue lo que llamó mi atención.
Con el tiempo, te cogí confianza y cariño.
Hemos tenido días sin hablar, pero cuando volvían los días perdidos, era como el principio. Nunca desaparecía esa alegría por hablar de nuevo. Esa palabra inesperada. Ese te echo de menos.
Un año.
Hace un año, visité ese lugar, bonito que tus pies pisaban cada día, y que los míos, pisaban de vez en cuando.
Antes de ir, hablé contigo, no pudo ser. Pero no pasaba nada, la vida no se acababa.
Eso sí, me quedé con las ganas. Pero no cambió nada, la próxima vez, será, dije.
La rutina, seguía contigo. Y cada 2:26 llevaba tu nombre. Fue gracioso, pero era pura costumbre. Y puro amor.
Dentro de un mes y medio.
No sé si recuerdas aquel,"La próxima vez, será."
Y la próxima vez, idiota, aquí está.