sábado, 9 de abril de 2011

Me perdí, pero fue bonito.

Perdido sin rumbo, entre un millón de personas me pierdo.
Mi primer día en la ciudad, un poco raro por así decirlo.
Me sentí un poco sólo y un poco extraño.
Nunca había vivido en una ciudad, siempre he sido un chico de pueblo, me gusta el campo, y que la gente en los pueblos conozca a todo el mundo.

Pero claro, tenía que vivir en la ciudad para estudiar, la experiencia al fin y al cabo estuvo bien, conocí a mi gran amor, era de mi clase de Historia, un día por casualidad nos topemos en clase y como los dos eramos nuevos pues nos pusimos juntos en la mesa, hablando y tal nos empecemos a conocer más a fondo, y por fin llego el gran día de salir con ella, y aquí estoy, tan feliz escribiendo esto, con una mujer, y dos hijos.
Adoro los cambios de pueblo a ciudad.

Nerea Pérez Buendía.

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